Amor y letras (Liberal Arts)

Amor y Letras (Liberal Arts)Nunca juzgues un libro por su portada, ni a una película por su cartel. Josh Radnor le debe (casi) toda su popularidad como actor a la serie de televisión Cómo conocía a vuestra madre (How I Met Your Mother), mientras que su crédito como guionista y director recae en dos estimables títulos: HappyThankYouMorePlease (2010) y ésta Liberal Arts (2012), que nos ocupa. En ellas, Radnor se empeña en interpretar también el papel protagonista. Todo un wonderboy capaz de aquello que se proponga, con talento, buen gusto y que realiza productos que se dejan ver muy bien… como episodios piloto de futuribles series de televisión. Pero esto es cine. Quizá el crédito que precede a Radnor le haya servido para llevar a cabo sendas producciones, pero en ellas se echa de menos  un planteamiento más adulto, menos naifLiberal Arts -me niego a llamarla por el título de su estreno comercial en España- promete en sus primeros 45 minutos mucho más de lo que después da. Envuelta en un aire de regreso a los orígenes, al modo de vida universitario, a los eternos 19 años y atreviéndose a situar sobre la mesa asuntos nada cómodo a los ojos del espectador como la necesidad de reorientar nuestras vidas, redefinir nuestras prioridades, amar y ser amados, vivir y, sobre todo, querer vivir.

Luego están las presuntas cargas de profundidad contra el medio que le ha lanzado a la fama, en contraposición al amor a las letras. Referencias cool como la del autor de culto Jonathan Franzen o la obvia e indisimulada crítica a la saga Crepúsculo, en cuyas películas actúa la pareja sentimental de Radnor, Julia Jones. Éstas son meras anotaciones a pie de página dentro de una historia de crecimiento personal que se deshilacha a medida que su autor pretende urdir la trama.

El gran descubrimiento de esta película es Elizabeth Olsen (sí, la hermana pequeña de aquellas famosas gemelas televisivas), a la que ya habíamos visto en Martha, Macy, May, Marlene y Luces Rojas, del español Rodrigo Cortés. Lo mejor de la película, amén de la acertada banda sonora. Una lástima, porque la historia daba para mucho más.