PSTouringParty: Más ruido que nueces

Accidentado paso de la caravana del Primavera Sound por la capital del Pisuerga. Cancelaciones, retrasos y una extraña sensación de indolencia por parte de la (des)organización catalana en esta tourné que les sirve (hasta el 5 de diciembre) como excusa para la grabación de un reality a la vez que para presentar a varios de los grupos que integran su sello discográfico, El Segell del Primavera. Estos dos elementos parecen ser, transcurridas apenas 24 horas de la última actuación, los únicos de peso para la celebración de esta gira por diversas capitales españolas. Porque dejando de lado la -en algunos casos contrastada- calidad de los grupos participantes, el postgusto final a porqueyolovalgo habrá dejado a buen seguro fríos a los apenas 300 asistentes presentes en Valladolid en los dos días de conciertos.

Unas actuaciones que se iniciaron en la noche del sábado en la Sala Blanca del Laboratorio de las Artes de Valladolid (LAVA) con un escueto «Somos My Friendly Ghost». La banda local agradeció que la indisposición de un integrante de Furguson los colara en el cartel un día antes de lo previsto. Porque una de las sorpresas del paso de la caravana primaveral por la capital del Pisuerga iba a ser la presencia del quinteto pucelano en sesión matinal el domingo. En principio todas las sorpresas se reducían a esa matinée, pero sólo en principio. Los interminables cambios de escenario entre bandas y los recortes en las actuaciones de algunos grupos acabaron por lastrar el prometedor arranque del festival. Unos muy entonados My Friendly Ghost, demostraron que su presencia en la alineación titular de la jornada del sábado estaba más que justificada. My Baby, Cucurucho y Don’t Give Up elevaron la temperatura en el gélido arranque sabatino. Las apreturas de tiempo apenas permitieron que el público pudiera disfrutar media hora del quinteto local. A Everything’s Full of Shit le siguió una nueva canción con aires al más entonado Justin Vernon para terminar con una épica interpretación de Once in a Lifetime.

Harina de otro costal fue la actuación de L’Hereu Escampa. El dúo del Manlleu atacó con todo desde los primeros baquetazos de su batería. Derroche de energía en un concierto que sirvió para que el LAVA se fuera llenando y para que los integrantes de Za! calentaran a voz en grito en las primeras filas para su explosivo fin de fiesta. No así el resto del respetable, que continuaba llegando, y que sólo despertó del todo -de nuevo el frío- hasta que sonó Consol, Condol, uno de sus temas más conocidos. Porque el público parecía estar esperando la actuación de Manel por encima de cualquier otra. Bien es cierto que los barceloneses no habían pasado aún por la capital castellana pese a llevar ya tres álbumes publicados; sin embargo, la respuesta del público no estuvo a la altura. Del mismo modo que tampoco lo estuvo el cuarteto que tardó en conectar con su auditorio. Cumplieron eso sí, sobre todo en el tercio final de su concierto; momento en el que arrancaron unas tímidas palmas de las apenas 200 almas presentes. Una lástima que la estampida posterior a su marcha impidiera a gran parte de los asistentes disfrutar de la bizarra y ecléctica propuesta musical de Za!, los cuales con muy poco lograron meterse al público en el bolsillo ya desde su irrupción en el escenario desde el mismo auditorio.

La jornada dominical también contó con su dosis de retrasos y caos, aunque la vitalista propuesta musical de los jovencísimos The Free Fall Band logró salvar ese tramo inicial de la noche. Con sólo un álbum en el mercado, ‘Elephants Never Forget’ el combo del Maresme se metió al público en el bolsillo con su cercanía y sus melodías deliberadamente pegadizas. Conscientes de sus virtudes, el quinteto dejó para el final When The Apple Tree, su single debut. Los eternos cambios de escenario les permitieron incluso charlar con parte del escaso público presente y firmar discos, demostrando que su actitud encima del escenario no es pose.

La noche continuó con la breve actuación de los barceloneses Extraperlo, que presentaron parte de las composiciones de su último álbum ‘Delirio Específico’, producido por El Guincho. Una actuación en la que Matt Bianco se mezcló con Víctor Abundancia y Aztec Camera. Su actuación duró menos que el siguiene cambio de escenario, que trajo a los portugueses PAUS, otra de las apuestas del Segell del Primavera y que en esta ocasión sí dispusieron de más tiempo sobre las tablas. El cuarteto lisboeta, con dos baterías atronando desde el inicio, abusaron de decibelios llegando por momentos a resultar excesivos. Es muy complicado mantener la atención del público un domingo a las once de la noche con un setlist tan lineal. El punto y final lo pusieron Svper (antes Pegasvs). El dúo electrónico cerró los dos días de conciertos con una espartana propuesta escénica muy acorde con el aspecto que presentaba el LAVA a esas horas.

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