Perdedores. Segundas oportunidades. Héroes de tercera división. Monos que fuman y predicen el futuro. Guionistas que nos persiguen para corroborar que no nos saltamos el guion que ellos mismos escribieron para nuestras vidas. El cine del barrio, programa doble, Paul Simon, las primeras Nike Jordan, los billetes de avión, el asiento de atrás de la furgoneta, coches de bomberos, un anzuelo y una playa. Siempre hay una playa. En la que todo empieza. En la que nada acaba. Ricardo, Richi, Vicente siempre estuvo ahí. Estaba en Tachenko, estaba en La Costa Brava, en Francisco Nixon, y estaba en El problema de los tres cuerpos. Y llegó un día en el que decidió dar el paso y lanzarse en solitario. ¿Qué haces tan lejos de casa? Librodisco indisoluble publicado por Marxophone y Bandaàparte. Ilustrado por el argentino Sebastián Otero, diseñado por Pedro Peinado y prologado por Agustín Fernández Mallo.
Escucha el podcast con la entrevista aquí:
Ricardo Vicente: «Intento no hacer un cómputo de las vidas que he salvado o he arruinado»
Hablamos por teléfono. Él acaba de salir de ensayar. En dos días arranca la gira en Sevilla. La misma ciudad en la que acabó la de El problema de los tres cuerpos y también el libro, le digo. «Otro guiño del guionista», me responde. Reímos. De dónde te viene esa pasión por los viajes, le pregunto, quizá de que tu padre trabajase en la base americana de Zaragoza… Esa sensación de ‘entrar y salir’ de un país a otro. «Quizás puede haber algo», reconoce. Y de pronto le vienen a la cabeza esos «pequeños fetiches de infancia». Lo que él llama «la búsqueda de la novedad» y que toman forma de Nike Jordan y Cherry Coke en su memoria… Su padre trabajó 25 años en la base americana. Zaragoza. La infancia. Muchos recuerdos. La Costa Brava. Con su batería, Enrique Moreno, hará parte de esta gira. En otros conciertos estará solo. Aunque quizá nunca lo está del todo.

P: En el libro recuerdas el grito de guerra al principio de los conciertos de Francisco Nixon: «Somos Fran y Richi y vamos a tocar unas canciones». ¿Vas a empezar la gira ahora diciendo «Somos Richi y Enrique y vamos a tocar unas canciones»?
R: No es mal grito de guerra ése… Se lo voy a robar a Fran. para empezar el concierto y sentirme bien. Es completamente distinto viajar solo o acompañado. Pero no sólo por el directo, sino porque hay un montón de cosas que lo envuelven… Las horas muertas, el viajar, las conversaciones…
Si los ensayos son salvavidas, ¿qué son las giras?
Si los ensayos te los planteas como salvavidas, las giras son viajes seguros. Porque, pase lo que pase sabes que estás cumpliendo con el protocolo de salvamento, ¿no?. O sea… Si te planteas el ensayo ya como que es la antesala de triunfar o de fracasar, entonces de nada te va a servir el salvavidas en la gira. Las giras son los momentos de la verdad. Te pasan un montón de cosas y si estás bien acompañado te puedes agarrar, pero como te lleves mal…
Entonces, sí los ensayos son salvavidas y las giras son el momento de la verdad; un músico sólo está en casa cuando está de gira…
Modus ponens… Jajajajaja. Nunca he creído en la lógica formal… Ni Wittgenstein consiguió traducir la lógica formal al lenguaje natural… Pero.. Sí. Puede ser que tengas razón. Pero en un lenguaje formal, ¿eh? La casa es la moral, la morada. De ahí viene la palabra. Es el lugar donde te reconoces sin sobresaltos sobre lo que crees que está bien y lo que está mal. Es el descanso… El lugar donde tienes que volver. Lo que ocurre es que la gira te puede trastocar tanto, que empiezas a dudar si al llegar a casa vas a seguir teniendo todo tan claro. Hemos saltado de la lógica a la ética.
Reconoces que hay bares a los que ya no vas, como alguno de Zaragoza…
Bueno, no voy por la noche, cuando se supone que empiezan los lobos a pasear por la ciudad. A algunos lugares he intentado no volver porque nada se puede parecer a aquella época. Ha sido como una especie de terapia. Cada uno cura sus heridas con lo que mejor le va funcionando. Tampoco es un método, pero para mí es el mejor: evitar los lugares que te hacen sentir triste.
Pero tú no vas a estar del todo solo. La presencia de Algora se percibe tanto en el disco como en el libro…
Bueno, sí. Lo cierto es que uno tiene como un cenit, como un momento en su carrera, no a nivel de calidad de composición -que supongo que también existe- pero un cenit en el sentido del momento en su carrera en el que de gira lo ha pasado más bien. Y esa época, evidentemente, es la de La Costa Brava. O sea, eso es así. Entonces, sí. La verdad es que identifico, o lo uso como vara de medir con situaciones como aquellas. Pero, nada va a ser igual. Evidentemente. Nunca va a ser igual…
No sé si has leído ‘Cenizas’, el cómic de Álvaro Ortiz. Pero he encontrado ciertas semejanzas entre vuestras historias. Tres amigos, un coche, un mono…
¡No fastidies! No, no lo he leído, pero ya me has dejado con la intriga…
¿Cuando sales de gira te sientes un poco como los Blues Brothers que decían que estaban en una misión de Dios?
Jajajaja. Hace tiempo decíamos que había veces cuando íbamos a tocar, sobre todo con Fran, que cada uno salía de una ciudad distinta, cada uno viajaba solo y luego se encontraba en otro sitio y tenía la sensación de que más que buscando a Dios, que éramos evangelistas. Llegando cada uno por una zona, intentando transmitir un mensaje. Supongo que los evangelistas eran los rockeros o los folclóricos de la época y los que intentar dejar un mensaje. No es que tengamos un interés ecuménico, ¿eh? Pero sí, la analogía puede funcionar. Pero, bueno… También lo del mono es un juego básico. Una broma interna en la que Fran y Algora y yo hablábamos de que no existe ninguna película en la que salga un mono que sea mala. Hicimos incluso una lista en el blog y la gente fue poniendo películas…Son geniales… Y es verdad. Yo, personalmente, creo que no hay ninguna mala.
Ahora que hablas del blog. Recuerdo una entrada de aquel verano de 2012 de la gira de El problema de los tres cuerpos, cuando Ramón y tú tocasteis en el Náutico, en O Grove…
(Me interrumpe) Ahí fue cuando Ramón… Yo ya había hablado con Fran, pero bueno. Ahí pasamos tres días y fue uno de esos momentos en los que [Ramón] más me animó a que siguiera escribiendo y que tirara para adelante con todo. Y, de hecho, si no he vuelto a escribir en el blog desde entonces es porque no me ha dado tiempo, vamos…Y sí, la verdad es que recuerdo esos tres días en el Náutico, que es un sitio ideal. Bueno, es un sitio ideal para tomar decisiones. Y ahí tomé la decisión de que antes de fin de año la tenía que tener escrita [la novela]. Y así fue. Luego hubo un periodo muy largo de empezar a montar las canciones y… Pero sí, en navidades ya la había terminado de escribir.
Richi, ¿has salvado alguna vida?
Eh… (risas) No… Eh… Bueno, bueno… El otro día me acordaba de una. Ahora que lo dices… El otro día me acordé que… Bueno, yo no soy como mi padre, pero… El otro día me acordé que saqué a un mendigo del metro que se había caído sobre los raíles. Pero, bueno… Emocionalmente intento no hacer un cómputo de las vidas que he salvado o las vidas que he arruinado, pero… Joé, es una pregunta que no me habían hecho nunca, la verdad. Pero en relación a la rutina de mi padre, la verdad es que por mucho que haya hecho yo nunca podré estar a la altura… Entonces…
Y alguna vez has matado a alguien.
Jejejeje. No… En mi vida he pescado un pez y no fui capaz de sacarle el anzuelo porque me dio pánico y creo que eso es lo máximo que he hecho.
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