Zahara + Luis Brea y El miedo + Fabián y La banda del norte – Escenario Cuadrilátero

Zahara

ZaharaPocos lugares presentan un aspecto menos acogedor que la Sala Blanca del Laboratorio de las Artes de Valladolid (LAVA) vacía. La espartana nave industrial que alberga buena parte de la programación musical vallisoletana desde hace más de un lustro consigue, en contadas ocasiones, transmutarse en una acogedora cápsula del tiempo en la que se funden presente y pasado. Por suerte, esto es lo que sucedió el sábado 5 de noviembre, durante la segunda edición del ciclo de conciertos Escenario Cuadrilátero, organizado por el colectivo homónimo pucelano. La ‘culpable’ fue Zahara. La ubetense, acompañada de una formación de campanillas con Ramiro Nieto, a la batería; Chapo González, al bajo; Manuel Cabezalí, guitarra y teclados; y Martí Perarnau, a los teclados obró el milagro. Madrina in péctore de ese rombo al cuadrado empeñado desde hace ya seis años en lanzarse sin red desde el trapecio, la cantautora evitó guardarse nada ya desde los primeros acordes de Tú me llevas, el tema con el que arrancó el concierto. Complicidad absoluta, miradas, emoción contenida que explotó en forma de bailes frenéticos y estribillos centelleantes de reverb. Zahara posee una banda de lujo y se nota. La cohesión que muestran sobre el escenario es envidiable. También lo es la contundencia de su base rítmica, con un Ramiro Nieto excelso. Aunque sería injusto olvidar a Chapo, uno de los últimos en llegar a la banda, pero con una clase innegable al bajo y a los coros. La locura en mitad del milimetrado caos electrónico que supura la apuesta del quinteto en directo es mérito absoluto de Martí Perarnau. Pleitesía ante el talento marciano de un tipo capaz de controlar todo lo que sucede en escena mientras apura su copa o juguetea con el pitch de su teclado. Al igual que no queda otra que rendirse ante un músico con mayúsculas como Manu Cabezalí, infectando cada composición con las notas de sus seis cuerdas. Todos ellos, sonando a la vez, consiguen transportar al público muy lejos y, a la vez, hacer que este se olvide de dónde está.

Fabián y La banda del norteEsa sensación de cercanía, de hogar, tan difícil de lograr en entornos tan amplios como la Sala Blanca del LAVA también se pudo vivir durante el concierto de Fabián y La banda del norte. Los leoneses fueron los encargados de abrir la noche, presentando su último trabajo, La fe remota. Un disco que desgranaron sin prisas y que así, a fuego lento, sirvieron a un público que conectó con su propuesta apenas en el tramo final de su actuación. El quinteto leonés, con Juan Marigorta, a la guitarra; Alfredo González, ‘El flaco de Turón’, a los teclados; David NIeto, al bajo; y Pepe López, a la batería fue creciendo en intensidad a medida que avanzaba el setlist. Complicada tarea la de complacer a un público, en su mayoría adolescente, que poblaba las primeras filas a la espera de la llegada de Zahara. Pero Fabián y los suyos consiguieron derribar el muro de la indiferencia y ganarse la aprobación del respetable. En gran medida contribuyó a ello la legión de seguidores de ambos sexos llegados desde tierras leonesas a la capital del Pisuerga. Y también buena parte del público local, que coreó de cabo a rabo temas como Herida y cicatriz, Todas las aves del sur y Gorriones. Precisamente en ese tramo final, el grupo se dedicó a disfrutar. Como si de una sesión en el local del ensayo se tratara, sobre el escenario del LAVA afloraron las confidencias y las risas; las confesiones a media voz y la verdad. Esa que aún conserva Zahara en todo lo que hace y que impregna cada una de sus miradas de admiración hacia sus compañeros sobre las tablas. Así se pudo comprobar al término del segundo concierto de la noche, el de Luis Brea y El miedo.

Luis Brea y El miedoEl de Alcorcón invitó a Zahara a subirse al escenario en el último tema de su bolo, Automáticamente —ella le correspondería después con El frío— y las miradas que unos y otra se dedicaron son el mejor ejemplo de la complicidad y el cariño que se profesan. Brea ya había caldeado el ambiente de la lluviosa noche pucelana con su salida en tromba al escenario, pero fue en este tramo final cuando terminó por ganarse a un público que sesteaba entre canción y canción, visitas al baño, la barra, salir a fumar y hablar donde no deben. Sigue siendo increíble que haya gente que pague el dinero de una entrada para molestar al resto de espectadores. ¡Con la de sitio que había detrás! Sin embargo, ni siquiera ellos fueron capaces de impedir que Brea le echase un par y se cantase —a capela y sin micro— Baso es con uve justo antes de la explosión final. Dicen por ahí y la ya citada Automáticamente precipitaron el aluvión de público a la cabecera del escenario para cantar y saltar con el show de Zahara. Después llegó el recuerdo y la mirada acuosa en el retrovisor. Junio de 2008, ‘Vallacalor’, el Café Teatro, Damien Rice, Con las ganas, las piruletas con forma de corazón y los lacasitos prendidos con cinta adhesiva a las entradas. Las primeras veces nunca se olvidan.

Galería de imágenes en Flickr a cargo de María Parra Serrano, aquí.

Setlist Fabián y La banda del norte

Turista.
En la tierra quemada.
No tengas miedo.
Premio y castigo.
He quedado con los chicos.
Todas las aves del sur.
Herida y cicatriz.
La luz distinta.
Gorriones.
Páginas tuyas.
Sálvalo.
Palabras raras.
Apenas.
La huida.

Setlist Luis Brea y El miedo

El verano del incendio.
Parchís.
Más de 20.
Singles.
Discotecas.
After crisálida.
Mil razones.
Tres cruces.
Baso es con uve.
Dicen por ahí.
Automáticamente (con Zahara).

Setlist Zahara

Tú me llevas.
Donde habitan los monstruos.
Merezco.
Funeral.
El universo.
Oh, salvaje.
El frío (con Luis Brea).
La gracia.
Te debo un baile (Nueva Vulcano).
Leñador y La Mujer América.
Rey de reyes.
Hágase tu voluntad.
Camino a LA.
Crash.
El deshielo.
Caída libre.

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