Pocos directores han sido capaces de infundir a sus películas su propia personalidad con la desmesura que desde sus inicios lo ha hecho Quentin Tarantino. El único filme que sortea esta máxima es Jackie Brown, quizá porque parte de una idea ajena -la novela Rum Punch, de Elmore Leonard-, cinta que supuso su homenaje al género blaxploitation de principiosSigue leyendo «Django desencadenado»
Debe estar conectado para enviar un comentario.