Repleta de indisimulados tributos a los títulos y estrellas que fraguaron lo que hoy en día se conoce como la Meca del Cine, Babylon también es el molesto recordatorio de que para regalarnos arte, la bestia se alimenta de almas mortales.
Repleta de indisimulados tributos a los títulos y estrellas que fraguaron lo que hoy en día se conoce como la Meca del Cine, Babylon también es el molesto recordatorio de que para regalarnos arte, la bestia se alimenta de almas mortales.