Lo peor que se podría decir de Whiplash, el segundo largometraje del realizador Damien Chazelle es: «buen trabajo». Si tras el visionado de la película el espectador no alcanza a pronunciar otra valoración más allá de ésta, entonces estamos ante un monumental fracaso. Porque lo que Chazelle busca en este descarnado -literalmente- relato de laSigue leyendo «Whiplash»
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