El silencio de otros

The Silence of Others

The Silence of OthersEn 2018, en España aún hay cerca de 2.500 fosas comunes con restos de represaliados de la mal llamada Guerra Civil. La sublevación militar que dio al traste con un gobierno democrático e instauró la dictadura franquista sigue muy presente en la historia reciente de nuestro país. Basta con ver las noticias a diario. Y aunque parezca que hablamos de un asunto distinto, no es así. El documental El silencio de otros aborda con crudeza algunos de los más de cien mil casos de aquellos desaparecidos cuyos restos, por motivos políticos, siguen bajo tierra y sin haberse podido identificar. Algunos de ellos en las cunetas de nuestras carreteras, o bajo ellas, como los de la madre de María Martín, una anciana de Buenaventura (Toledo) que simboliza la lucha de todas esas personas que han seguido llevando flores a sus muertos hasta que las ranas críen pelo.

Rodado durante casi seis años y recogiendo más de 450 horas de filmaciones, el documental, producido por El deseo (Pedro y Agustín Almodóvar), abarca todas las demandas de justicia de las diferentes víctimas del franquismo. No sólo los familiares de desaparecidos, sino también madres y niños robados, así como los distintos torturados por la policía política del régimen. Por desgracia, la querella no se pudo interponer en nuestro país, sino que para ejercer el derecho a la justicia universal hubo que recurrir a la judicatura argentina. El abogado Carlos Slepoy y la jueza María Servini son dos figuras clave a la hora de poner fin al pacto de silencio que tácitamente suscribieron todos los partidos políticos durante la Transición y que ha impedido tanto la exhumación de los restos como la investigación y el procesamiento de los responsables.

A caballo entre España y Argentina, el documental se torna más denso en su parte central. Es tal el malestar que desde su arranque provoca en el espectador la concatenación de injusticias y maltratos que tuvieron que sufrir sus protagonistas, que un montaje algo más liviano se habría agradecido de cara a afrontar su último —y aún inconcluso— acto. Sin embargo, el tono esperanzador se impone a la barbarie y abre la puerta a que con una mayor conciencia social se abogue por investigar de forma activa aquellos abusos que —todavía— no han prescrito y sentar a sus responsables en el banquillo. Esa restitución no restañará las heridas, ni devolverá la vida a los muertos, pero sí hará justicia; el primer paso para acabar con la impunidad franquista.

Decisiva también es la participación de José María ‘El Chato’ Galante, activista antifranquista torturado por el sanguinario Billy ‘El Niño’ y uno de los principales impulsores de la querella que busca poner fin al ya referido pacto del olvido. Baste un dato, otro más, para que cualquier espectador ajeno al conflicto —o que piense que las heridas hace años que se cerraron— pueda comprender el alcance del movimiento social que pretende no sólo despertar conciencias, sino trascender: este es el tercer documental en el que ha participado ‘El Chato’ en los dos últimos años, junto con Lesa humanitatLa causa contra Franco: ¿el Núremberg español?

La idea del documental surgió en 2010, cuando sus directores, la pareja formada por Almudena Carracedo y Robert Bahar, vivían en Nueva York. Los medios internacionales se hicieron eco de los casos de niños robados durante el régimen y algo removió por dentro a Carracedo en su incipiente maternidad. No en vano, El silencio de otros está dedicado a su hija, quizá confiando en que cuando esa niña crezca este documental sea sólo un doloroso recuerdo y haya dejado de estar de actualidad.