La profesora de piano (Lara)

La profesora de piano
★★★☆☆

Artificioso drama materno-filial con la música clásica como telón de fondo, que firma el prometedor Jan Ole Gerster. En este su segundo trabajo tras debutar hace siete años con Oh Boy repite con Tom Schilling en el reparto. Aunque en realidad, y como bien se puede deducir por su título original, Lara es una película al servicio de Corinna Harfouch. El problema radica, precisamente, en que si el espectador no acepta el juego de apariencias que plantean realizador y actriz principal, la película se queda en un rutinario telefilm con ínfulas. Lástima, ya que su prometedor arranque auguraba un filme distinto del que acaba por ser La profesora de piano, título con el que está previsto que se estrene en nuestro país esta cinta con la que se echaba el cierre a la Sección Oficial a concurso en esta 64 Seminci. Es este aire de niña malcriada, egoísta y acostumbrada a comprar afectos, el que más rechina de una historia que se abre con una interesante secuencia que define a un personaje totalmente diferente al que se nos muestra durante los siguientes 90 minutos.

La película posee evidentes reminiscencias de La pianiste, de Haneke, despojada, eso sí, de todos los aditamentos sexuales que poblaban el original. Lara se esfuerza deliberadamente por ser antipática desde la arquetípica simplificación de los virtuosos musicales. Para ello, el filme recurre a continuos subrayados a la hora de enfatizar ese mundo de apariencias en el que su amargada protagonista hubiera deseado vivir. Lamentablemente, la impostación acaba por engullirlo todo, incluida la interpretación de Harfouch. Desde la espiral en la que la mujer decide embarcarse para ‘celebrar’ su 60 cumpleaños, a la teatral planificación del concierto, en el segundo acto, saltándose incluso la lógica que marca el guion y acentuar así la afectación materna, para rematar, ya en el tercio final de la película, con una concatenación de previsibles giros cuyo único fin es complacer a todos aquellos que empatizaron con el personaje protagonista. El regusto final de este a day in the life de Lara es el de que se ha jugado más a la autocomplacencia que otra cosa.

★★★☆☆

Aplausos al término de la proyección matutina de La profesora de piano en el teatro Calderón con la que se cerraba la selección de cintas a concurso en esta LXIV edición de la Semana Internacional de Cine, de Valladolid (Seminci). Una jornada de viernes que abrió el cortometraje Matches (Gyufaszálak), del húngaro Géza M. Tóth. Un prodigio de la animación stop motion que traduce al lenguaje ‘cerillil’ los sueños y reflexiones de un niño de siete años.